Acerca de Amy Espinal

Soy Amy Espinal, una mujer dominicana que llegó a Nueva York con sueños grandes y el corazón lleno de esperanza. Llegué en 2015, con una maleta llena de sueños y, como muchas, con más preguntas que respuestas. En 2016, me convertí en madre, pero lo que parecía un milagro pronto se convirtió en un desafío inmenso. La depresión postparto golpeó fuerte, y me encontré prácticamente sola, emocionalmente sin apoyo, luchando por equilibrar mi rol de madre y mi vida profesional.

Perdí el trabajo que tenía, y la búsqueda de una nueva oportunidad se convirtió en un viaje frustrante. Pasé semanas, meses, buscando algo que se adaptara a mi nueva realidad como madre, pero todo parecía estar diseñado para alguien con horarios rígidos, sin lugar para la flexibilidad que tanto necesitaba. Me sentía atrapada en un sistema que no entendía mis necesidades como madre inmigrante, sola, y sin un papel que me permitiera acceder a más oportunidades. La realidad económica era dura, pero algo dentro de mí me impulsaba a seguir.

Entonces, descubrí un trabajo en un daycare. ¡Era mi oportunidad! Un lugar donde podría ver crecer a mi hijo mientras trabajaba. Pero la vida me mostró que lo que parece una solución fácil no siempre es tan sencillo. Trabajar en el mismo lugar que mi bebé era un reto. La carga era enorme: más de 13 horas al día, lidiando con niños con diversas necesidades y personalidades y  familias con situaciones complejas. La realidad de ser madre soltera, inmigrante y trabajadora sin una red de apoyo estaba doliendo en cada fibra de mi ser. El agotamiento físico y emocional me estaba devorando. Pero, en lugar de rendirme, algo en mí se encendió. En ese momento de crisis, entendí que la clave para transformar mi vida estaba en mi propia fuerza de voluntad. No podía esperar que el sistema cambiará, pero sí podía cambiarlo desde adentro.

Entonces, decidí que iba a sanar para poder educar. Aprendí que para ser la mejor versión de madre, educadora y mujer, necesitaba cuidar de mí misma primero. Con ese enfoque, comencé mi camino hacia el equilibrio. Me embarqué en el proceso de cambio físico, mental y profesional, así que   obtener mi CDA credential, una herramienta que me ayudaría a crecer como profesional y brindar a otras madres y familias el mismo tipo de apoyo y comprensión que yo había anhelado en mis momentos más oscuros.